Emilia Balderramos de 65 años de edad, curandera y partera  de la comunidad de Yakalpananí actualmente beneficiada por el proyecto Conocimiento Local Objetivos globales en coordinación con WIMPA y el gobierno territorial.  La curandera comenta  que desde la llegada del proyecto ha cambiado su vida de gran manera ya que ha adquirido nuevos conocimientos  en temas de género, mapeo y medios de vida. Como curandera no habíamos encontrado la  oportunidad de ser incluida de esta magnitud en las actividades ejecutadas en la comunidad, desde la llegada del proyecto la inclusión de las mujeres es muy visible, somos parte de la defensa de la madre tierra, restitución de los conocimientos ancestrales y eso me emociona.  Antes de la llegada del proyecto no contaba con conocimientos de los linderos de mi comunidad ahora los guardabosques y estudiantes comparten sus conocimientos con las curanderas, lo cual ayuda de gran manera porque durante las caminatas hemos logrado identificar sitios donde se encuentran las plantas de medicina natural   en peligro de extinción.   Los tallares de género ha sido de gran impacto en mi vida ya que ahora conozco mis derechos como mujer y los roles de género en el hogar ha mejorada, como madre y abuela las orientaciones laborales son brindadas tanto a hombres y mujeres, ahora los hombres también tienen que acarear agua porque así tiene que ser   y esto  lo hemos aprendido  mediante los talleres  que brinda Change For Children y la organización de mujeres WIMPA.

Reysibeth Maxwell Gómez de 17 años de edad,  estudiante de secundaria de la escuela de San Andrés del territorio MITK, beneficiada por el proyecto Conocimiento Local: Objetivos Globales en coordinación con la organización de WIMPA. Con la llegada del proyecto y   la instalación del trillo ubicado en la comunidad de San Andrés, el roll de las mujeres en los hogares ha  disminuido de gran manera ya que en las comunidades miskitu  la única responsable de preparar la alimentación en los hogares son las mujeres lo que indica que antes de la llegada del proyecto las mujeres debían de pilar el arroz de manera artesanal tres veces al día, gracias al proyecto la calidad de vida de las mujeres de la comunidad de San Andrés ha mejorado de gran manera porque  se está garantizando  la seguridad alimentaria, ahora se está  consumiendo arroz local  de calidad y orgánico. Reysibeth expresó que ella  dedica más tiempo a sus estudios  ya que ahora no tiene que estar  frente a un pilón todos los días. Esto indica que muchas niñas y mujeres están cumpliendo con actividades, responsabilidades escolares y del hogar.